Ver a mis amigas a mitad de semana, merendar & cenar con ellas...me llena por completo. Pensar que años atrás las veía TODOS los días de mi vida y sin embargo, no me cansaba. Pero lo lindo de esta etapa es que se disfruta mucho más el hecho de poder coincidir con algunas aunque sea para poder vernos, y como pasamos semanas sin estar juntas, tenemos miles de cosas que contarnos. Porque sin darnos cuenta, necesitamos hablar entre nosotras todas las cosas que nos pasan, sean insignificantes o no. Es hermoso tener las amigas que tengo, saber que hay esa transparencia entre nosotras, saber que podemos mostrarnos tal cual somos. Porque para eso estamos, para escucharnos y apoyarnos. No digo la palabra ENTENDERNOS porque a veces ni nosotras mismas nos entendemos jaja, pero tratamos de ponernos en el lugar de la otra y descubrir que es lo que le pasa. Tenemos la capacidad de saltar de temas totalmente distintos en menos de 5 minutos, y tranquilamente podemos pasar del llanto a la risa. Y eso me gusta de nosotras, porque lo conservamos con el paso del tiempo.. esa manera de hablar incansablemente , de lo que sea. No las cambio por nada amigas.